lunes, 24 de septiembre de 2007

Nos jodió Soulangel!!

Miami es una ciudad que puede ser muy aburrida o muy alegre, en una de esas noches que se esta muy aburrido estabamos reunidos en casa de Lynette y Jorge sin nada que hacer, de repente comenzaron los planes, vamo' pa' "Vinisimo" no, vamo pa' la playa a darno' uno' traguito, Soulangel que estaba cansada como siempre, no lo queria reconocer entonces se inventó un truco con su estilo de Viceconsul, sin votar el caché nos dice; Señores, mejor vamo' pa' mi casa que yo tengo unos panes y unos quesos muy buenos, lo acompañamos de unos traguitos y ahi la pasamos mejor que nunca y a ese precio!!.
De mas esta decir que nos convencio a todos, por que no solamente no fallo ni una "s", que es mucho decir entre los Dominicanos, sino que al mismo tiempo que ella describía los panes y los quesos hacía unos ademanes con las manos que nos hizo a todos olvidarnos de lo que hablabamos, pensabamos y hacíamos y nos hízo concentrar en ese suculento manjar que ella describía con sus manos y con su boca, al punto que llegó un momento en que todos contestamos al mismo tiempo, "vamo' pa'lla"; Asi se hizo y en ese momento nos sentimos todos agradecidos de tener una amiga como Soulangel, que privilegio, que locura!!, llegamos a la casa, no tanto emocinados , mas bien asegurados del privilegio a que estabamos acostumbrados cada vez que Soulangel hacía un party en su casa.
Entramos, nos sentamos y enseguida comenzó la conversación, todo el mundo al mismo tiempo con la certeza y la seguridad de que ibamos a ser atendidos como Reyes!!.
Paso el tiempo entre conversacion y chistes, pero nada de manjares, ni tragos, de repente yo que soy el mas necio siempre, le pregunto a Soulangel: Oye! y el brindi' que paso?.
Todas las conversaciones pararon, todo el mundo miró a Soulangel: Al no haber respuesta la conversación continuó y todo el mundo se olvidó de eso, menos Soulangel que aprovechó que nadie le puso atención, se paró, se dirigió hacía la cocina, abrió un gavinete y sacó dos latas de Salchicha de cincuenta y nueve centavos cada una, las puso muy ordenadas en un plato y las sirvió en la mesa de la sala, como nadie le hacia caso porque no eran ni parecidas al brindis original que ella ofreció, La Viceconsul como siempre tomó la delantera, se sentó en una silla con mucho caché, se inclinó sobre el plato de salchicha, cogió una con las manos con mucha finura, se recostó hacia atras en su silla, con todo su caché se la llevó a la boca le dió un par de mordidas y delante de la mirada atonita de todo el mundo, expresó, Señores estas salchichas estan increibles!!!!.

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